<span id=hs_cos_wrapper_name class=hs_cos_wrapper hs_cos_wrapper_meta_field hs_cos_wrapper_type_text style= data-hs-cos-general-type=meta_field data-hs-cos-type=text ¿Cómo preparar una empresa para el 2030?

¿Cómo preparar una empresa para el 2030?


El Foro Económico Mundial estima que el 85% de los empleos que existirán en 2030 todavía no han sido inventados. En un mercado laboral marcado por la irrupción de nuevas tecnologías, la necesidad de capacitar a los trabajadores se ha convertido en una prioridad estratégica para las organizaciones.

 

La inteligencia artificial ya produce textos y análisis con niveles de precisión cercanos a los humanos, mientras algunas funciones desaparecen con rapidez. Frente a este escenario, las empresas enfrentan la presión de actualizar las habilidades de sus equipos a un ritmo que, según LinkedIn Learning, se acelera un 25% más rápido que en años anteriores. Para 2027, esa cifra podría duplicarse.

 

Dos caminos de formación: upskilling y reskilling

Los especialistas diferencian dos conceptos clave. El upskilling consiste en perfeccionar las competencias que los empleados ya poseen, como la formación avanzada en herramientas que utilizan en sus tareas habituales. El reskilling, en cambio, implica una reinvención más profunda: capacitar a una persona en nuevas funciones, como el paso de un perfil contable a uno de programación y análisis de datos.

 

Ambas estrategias, aunque distintas, son consideradas complementarias. Un informe de Accenture para Chile reveló que las compañías que invierten en desarrollo continuo tienen un 40% más de probabilidades de crecer en mercados emergentes.

 

Costos de no adaptarse

La falta de inversión en capacitación puede traducirse en pérdida de talento y mayores gastos operativos. Datos de Gallup muestran que reemplazar a un trabajador puede costar hasta el 150% de su salario anual. Además, las empresas que no integran nuevas competencias enfrentan el riesgo de quedar rezagadas frente a competidores que ya forman equipos especializados en inteligencia artificial, análisis de datos y tecnologías emergentes.

 

Los ejemplos de compañías que no lograron adaptarse al cambio —como Kodak y Blockbuster— siguen siendo citados como advertencia de lo que ocurre cuando la innovación se posterga.

 

Efectos positivos de la capacitación

Los beneficios de invertir en reskilling y upskilling se extienden más allá de la retención de talento. Entre ellos se incluyen mejoras en la productividad, mayor compromiso de los equipos y reducción de costos en el largo plazo, al resultar menos oneroso entrenar a empleados actuales que contratar y formar nuevos.

 

Primeros pasos hacia 2030

Los expertos recomiendan iniciar con un diagnóstico interno para identificar las habilidades actuales y las que serán necesarias en los próximos cinco años. Entre las medidas sugeridas están fomentar una cultura de aprendizaje continuo a través de cursos, talleres y contenidos digitales, además de establecer incentivos para quienes completen certificaciones o programas de formación.

 

Aunque 2030 parece distante, la velocidad del cambio tecnológico anticipa que las organizaciones que no inicien estos procesos de actualización enfrentarán mayores dificultades para competir en el mercado laboral del futuro.

 

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