Por Sofía Gómez
25 / 11 / 2025 | 4 mins de lectura
Pese a la caída global en la sindicalización, un análisis reciente indica que los sindicatos siguen desempeñando un rol clave en estructurar procesos y equilibrar la relación laboral.
Durante años, los sindicatos han cargado con una reputación complicada: se les ve como entes rígidos, conflictivos o incluso como una amenaza para la productividad.
Sin embargo, un nuevo estudio realizado por BUK en colaboración con la Fundación Carlos Vial Espantoso sugiere algo muy distinto: su presencia puede ser un motor clave para profesionalizar la gestión de personas y fortalecer la cultura organizacional.
Más reglas claras, menos discrecionalidad
El estudio revela que en las empresas donde existe presencia sindical activa, la gestión de personas tiende a estar más formalizada. Desde la evaluación de desempeño hasta los procesos de promoción interna, los sindicatos impulsan la creación de reglas claras y sistemas menos sujetos a arbitrariedad.
En términos simples, cuando hay sindicato, las empresas ordenan mejor su “caja de herramientas”: procedimientos transparentes, criterios objetivos y una cancha más nivelada para todos. Esto no solo fortalece la confianza interna, sino que reduce los espacios donde suelen surgir conflictos.
Nicolás Jiménez, investigador de la Fundación Carlos Vial Espantoso señala que, “la experiencia europea viene a decirnos que los sindicatos ayudan a potenciar la formalización”.
Un contraste con la caída global de la sindicalización
Estos hallazgos aparecen en un contexto donde el sindicalismo enfrenta cifras históricamente bajas. Según datos de la OCDE, mientras en 1985 el 30% de los trabajadores estaba sindicalizado, hoy el promedio es apenas del 15%.
Las diferencias entre países son enormes: solo el 4,7% de los trabajadores está afiliado en Colombia, el 5,6% en Estonia y el 7,4% en Hungría.
En el extremo opuesto están Suecia y Dinamarca, donde más del 60% participa en sindicatos, y Islandia, que alcanza un 90%.
En ese marco, el estudio pone sobre la mesa una pregunta clave: si en países altamente desarrollados los sindicatos son parte esencial del ecosistema laboral, ¿por qué en otros contextos siguen siendo vistos como un obstáculo?
Más que salarios: bienestar, movilidad social y desarrollo
El análisis también muestra que el rol sindical no se limita a negociar bonos o reajustes. De hecho, contribuye a impulsar estrategias de compensación y beneficios más integrales, con un énfasis creciente en el bienestar.
Educación, salud, conciliación laboral-familiar y movilidad social aparecen como temas prioritarios en el diálogo laboral. Esto demuestra que la negociación colectiva no gira solo en torno al dinero: los sindicatos levantan necesidades que impactan directamente en la calidad de vida y en el concepto de trabajo decente.
La mirada desde las empresas: liderazgo y madurez sindical
Desde la perspectiva empresarial, los sindicatos también pueden ser un puente. Así lo plantea Rodrigo Marticorena, gerente de RRHH en Coca Cola Andina, quien sostiene que la clave está en el liderazgo centrado en las personas.
“A través de ellos se juega y genera el 80% de la relación laboral”, afirma. Para él, el rol sindical exige que los equipos de gestión laboral estén formados, capacitados y preparados para el diálogo permanente.
Marticorena también destaca dos elementos clave:
- Honestidad: decir con claridad en qué temas se puede avanzar y en cuáles no.
- Gradualidad: a medida que los sindicatos maduran, es más viable trabajar juntos en decisiones estratégicas.
Ese proceso —sostiene— termina consolidando culturas organizacionales más prácticas, coherentes y sostenibles en el tiempo. “Ayuda a que los problemas comiencen a diluirse”, agrega.
La evidencia es consistente: los sindicatos contribuyen a equilibrar percepciones de justicia y a “rayar la cancha” en la gestión de personas.
Como explica Jiménez esto “permite que se formalicen los sistemas de gestión de personas, particularmente en la gestión de desempeño”.
Y en un contexto de transformaciones laborales profundas, esto es más relevante que nunca.
