11 / 09 / 2025 | 4 mins de lectura
global. Mientras en Europa los gobiernos impulsan reformas para retrasar la salida del mercado laboral, en varias economías latinoamericanas el debate apunta en sentido contrario: reducir la edad mínima para pensionarse.
En promedio, los trabajadores en América Latina se jubilan a los 61 años, frente a los 65 en la Unión Europea. Pero la brecha podría ampliarse. En mayo, el parlamento danés aprobó una ley que eleva progresivamente la edad de jubilación hasta los 70 años a partir de 2040. Un movimiento que refleja la presión demográfica: el envejecimiento de la población ha encendido las alarmas sobre la sostenibilidad de los sistemas de pensiones.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), hoy existen 33 personas de 65 años o más por cada 100 en edad de trabajar (20 a 64 años). Hace tres décadas eran 21. La tendencia no se detiene: para 2060, el organismo proyecta que la edad promedio de jubilación alcanzará los 66 años para hombres y 65 para mujeres.
La evidencia reciente muestra cómo Europa ha endurecido sus reglas. Grecia, bajo presión del Fondo Monetario Internacional y la UE, aumentó la edad de jubilación de 61 a 67 años en 2012, en plena crisis financiera. Francia, bajo el mandato de Emmanuel Macron, elevó la edad de 62 a 64 en 2023, lo que desató huelgas masivas y protestas sindicales. Inglaterra y Alemania ya tienen planes para llevar la jubilación a los 67 años hacia fines de la década.
Con una esperanza de vida de 81,5 años en la UE (según Eurostat), los gobiernos buscan evitar que los sistemas colapsen bajo el peso de generaciones más longevas.

Reformas en Latinoamérica
En contraste, la región latinoamericana, donde la esperanza de vida es de 76 años según la Cepal, mantiene edades de retiro más bajas y, en algunos casos, las reduce aún más. En Venezuela, El Salvador y Paraguay las mujeres pueden jubilarse a los 55 años. Bolivia, con la edad más baja de la región, permite el retiro a los 58 años para hombres y mujeres, y a los 55 en el caso de madres con tres hijos o más.
Existen excepciones: Costa Rica, Perú y Uruguay fijan la jubilación en 65 años, equiparándose al promedio europeo. En 2024 Uruguay debatió un plebiscito para rebajarla a 60 años. El resultado fue claro: solo el 39% apoyó la propuesta, insuficiente para revertir las medidas del gobierno de Luis Lacalle Pou.
México, en cambio, avanza hacia una reducción gradual. Desde 2024 y hasta 2034, la edad mínima bajará hasta los 53 años para mujeres y 55 para hombres, aunque la medida se limita a ciertos sectores públicos, como docentes, médicos y jueces.
“Son medidas impopulares”
La discusión, sin embargo, no es solo demográfica ni financiera. También es política. “Si la expectativa de vida crece, es lógico que la edad de jubilación aumente, y eso es lo que vemos en Europa”, afirma Marcos Singer, director del MBA de la UC. Pero advierte: las reformas son profundamente impopulares. “Nadie quiere ser el mensajero de las malas noticias. En Europa, los gobiernos lo han pagado muy caro”.
Un caso conocido es el francés, cuando tras el aumento en la edad de jubilación, los sindicatos argumentaron que la reforma perjudicaba a los trabajadores más pobres, cuya expectativa de vida es menor que la del promedio nacional.
En América Latina, además, persisten las diferencias de género: el 42% de los países establece edades distintas para hombres y mujeres, frente a solo 16% en Europa. Para Singer, se trata de una herencia cultural más que de un fundamento económico. “No hay ningún motivo actual para mantener esa diferencia, es una cuestión del siglo XIX”, sostiene.
El caso chileno
Chile ilustra un cambio particular. Aunque la edad legal de jubilación es de 60 años para mujeres —cinco menos que los hombres—, por primera vez la edad promedio efectiva de retiro femenino alcanzó los 62 años en 2025, según la Superintendencia de Pensiones.
La tendencia mundial apunta a que el debate continuará intensificándose. El World Population Review proyecta que la población mayor de 65 años pasará del 10% en 2022 al 16% en 2050